lunes, 29 de agosto de 2011

Chus en Lectura Directa

Chus en Lectura Directa


Opinión personal

Aun no me salen las palabras…

Llevo toda la tarde aquí sentada y no sé qué decir para hacer justicia a todo lo que me hizo sentir y disfrutar este libro…

Me encantaría poder hacer la reseña diciendo únicamente: ¡¡¡Leedlo!!! No os lo perdáis…

Pero supongo que debo decir algo más…

Empecemos por los personajes: Mikel no puede existir en mi universo, porque si existe me voy a buscarlo hasta que lo encuentre. Te enamoras de él incluso cuando está siendo un ser absolutamente cruel con Ane. Te da igual, le quieres lo mismo. Y no sólo porque debe ser guapísimo (o al menos así me lo imagino yo, claro. Y, no, no se va a parecer a Leonardo DiCaprio si puedo evitarlo… jeje) sino por todo lo que ha hecho para enamorar a Ane, por esos cafés, esas tardes, esas frases maravillosas… Por ese amor entregado y profundo que le destrozará el corazón y la vida.

Se siente atrapada en el fondo de esos ojos azules, pero le gusta estarlo. Le gusta sentir el hormigueo en su pecho cuando él le sonríe o el temblor en su corazón cada vez que intenta besarla. Solo se arrepiente de haberse dejado llevar por la inconsciencia cuando ya está lejos de él. (…) Cuando está sola y se recalca que enamorarse sería un tremendo error.
... 


Su dolor, su ira, odio y resentimiento se acaban haciendo tuyos. Odias lo que le ocurrió aunque desconoces si fue a causa de sus actividades o fue un error. Pero odias la cárcel, que le ahoga; odias a Ane, que le sigue torturando aunque solo sea en su mente.

Y Ane… la dulce y entregada Ane. La verdad es que a pesar de todo lo que sufre y aguanta a lo largo de la novela, está tan bien escrito el personaje, que en ningún momento sientes que sea una persona débil. No. La sientes enamorada, tan enamorada que no puede si no dejar que Mikel se desahogue con ella, porque en el fondo se cree merecedora de su ira. Tan entregada que vive de recuerdos y acepta reproches solo en nombre de su amor incondicional.

—Te amo. —Su rostro se dulcificó al decirlo—. Te odio y te amo… mujer sin corazón.
“Mujer sin corazón”, se repitió Ane mientras le pedía que le pasara el brazo por el hombro y le ayudaba a levantarse. Ojalá tuviera razón, pensó, y le desapareciera ese corazón en el que guardaba y guardaría siempre más amor y sufrimiento del que se sentía capaz de soportar.

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Los personajes secundarios son Rodrigo, Bego y Carlos. Y sinceramente, excepto Rodrigo que me cayó muy bien, a los otros dos los llegué a odiar un poquito… Tanto Bego como Carlos hacen que se te crispen los nervios por entrometerse, aunque tengan toda la razón del mundo para hacerlo. Estás tan enfrascada con los dos protagonistas que sólo quieres seguir leyendo sobre ellos. El resto te estorba… Sin embargo Rodrigo se hace querer, con su inquebrantable amistad y su amor sin corresponder. Es un amor.

—Dime que esto no es un sueño —le pide emocionada.
—No es un sueño —le responde con aire somnoliento—. El amor hace que la realidad sea mejor que cualquier sueño.
Y en ese instante quiere creer que eso es cierto. Piensa que el amor hará desparecer todas sus mentiras para no tener que confiarlas nunca, para no correr el riesgo de perder al que ya es, para siempre, dueño de su corazón.

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Así que entre amor y traición, entre equívocos y errores, transcurre esta maravillosa historia. Esta relación tortuosa y romántica, llena de sentimientos a veces tan extremos que consiguen hacerte suspirar y sufrir con sus protagonistas. Que consigue hacerse tan cercana a ti que la autora consigue justamente eso que deseaba al escribir un libro: preguntarte qué será de ellos y qué estarán haciendo ahora.

Si os apetece disfrutar, pero con mayúsculas de una historia de amor y pasiones, traición y sufrimiento, y sobre todo de sentimientos, tenéis que ir corriendo a leerla. Va a ocupar un lugar de honor en mi biblioteca y continuaré suspirando de vez en cuando por Mikel…

Gracias por escribir esta preciosa historia Ángeles.