Noe Casado en "Cosas que Pasan"
Las descripciones y los diálogos ayudan a comprender perfectamente las motivaciones de Mikel, cómo afronta la vida desde el lado de los vencidos, sin plantearse que a veces es mejor olvidar para seguir adelante; pero el odio es una arma peligrosa, de doble filo. Y el protagonista lo va a descubrir.
Que en nuestro país hay una excelente producción literaria de corte romántico no es ninguna novedad para quienes seguimos a estas autoras. Quienes parecen no estar al cabo de lo que se cuece son algunas editoriales que aún se muestran reacias a publicar autoras de aquí.
Dicho esto, lo cual al principio no parece directamente relacionado con lo que una reseña debe contener, sí es importante ya que esta novela es un ejemplo, muy bueno además, de lo que quiero expresar.
Desde el principio, es decir, el título, me parece excelente, dice todo, expresa todo, y te engancha del todo.
La autora nos presenta a Mikel, un protagonista amargado, resentido, vengativo, con razones para ello. Acaba de obtener el tercer grado y sólo piensa en una cosa: devolverle la pelota a la mujer que arruinó su vida.
Bien, puede que el planteamiento inicial no suponga ninguna sorpresa, estoy de acuerdo, pero lo que sí resulta toda una revelación es el tratamiento que le da la escritora y cómo desarrolla el personaje.
Las descripciones y los diálogos ayudan a comprender perfectamente las motivaciones de Mikel, cómo afronta la vida desde el lado de los vencidos, sin plantearse que a veces es mejor olvidar para seguir adelante; pero el odio es una arma peligrosa, de doble filo. Y el protagonista lo va a descubrir.
Ella, Anne, por su parte, calla dolida por lo que pasó, no ha podido olvidarle y querrá darle una oportunidad, ofreciéndole algo en lo que Mikel era una genio: dibujando.
Para él supondrá, en un principio, la oportunidad de oro para acercarse a ella y consumar su venganza.
Un relato que mezcla la acción en presente con continuos guiños al pasado y que nos van aclarando los detalles. Si bien es un acierto total de la autora el ir dándonos miguitas de información, es desesperante, como lectora, no averiguar más cosas. Lo cual supone que te enganches de una forma totalmente ansiosa al libro, para saber no sólo qué va a pasar, sino lo que pasó.
Una descripción de las calles de Bilbao, ciudad que conozco y que me encanta, que sirve perfectamente a los propósitos de la autora, así como la estación de lluvias y frió en la que se desarrolla la historia, muy acorde con el ánimos de los dos.
Las escenas íntimas entre los protagonistas, a pesar de estar narradas de forma poco explícita, sin descripciones evidentes, están cargadas de sentimientos, pues en este caso importa más los sentimientos enfrentados que el simple deseo sexual.
Sólo mencionar un pasaje que me hizo llorar, la escena de él en el parque, bajo la lluvia, frente a la casa de Anne, intentando ahogar su recuerdos en alcohol, admitiendo bajo los efectos del mismo la verdad que esconde para que sólo el odio salga a la luz.
La única nota negativa es que este libro entra en serio conflicto con la ley anti-tabaco.
Y una última nota: la técnica que él quiere poner en práctica para abrir cerraduras se llama bumping. Se ve que la autora ha investigado el apasionante mundo de la cerrajería.